¿Alguna vez se ha preguntado cómo sería trabajar en un equipo autogestionado? ¿Le parece un sueño? ¿O la idea le genera escepticismo? En Garantell intentamos trabajar así. Para ser sinceros, no es sencillo Y puede sonar cursi, pero crecemos día a día. Me gustaría compartir algunas de las cosas que he aprendido. Creo que definir objetivos compartidos, crecer juntos y mantener un buen entorno de trabajo nos ha ayudado.
Mis compañeros y yo trabajamos en el equipo del sur de Europa. Nos hemos puesto el nombre Meshing around, que representa nuestro estado: ensayo y error. La primera vez que escuché la idea de que trabajáramos como un equipo autogestionado, la verdad es que no supe qué pensar. Ni siquiera comprendí el concepto completamente. ¿Qué es eso? Autogestionarse significa tener que cumplir unas metas generales, pero poder decidir cómo organizarse para alcanzarlas. En mi equipo todos usamos diferentes idiomas para comunicarnos con nuestros clientes, por lo que me resultaba difícil creer que funcionaría. Es más: cada uno de nosotros tiene su propio estilo de trabajo. Al principio, ignoramos la autogestión y continuamos trabajando como lo hacíamos antes. Por supuesto, no alcanzamos nuestros objetivos. Lo primero que aprendí fue que, si el trabajo en equipo no trae consigo un cambio de comportamiento, el grupo no es un equipo autogestionado.
En la autogestión es fundamental tener una visión clara y una meta común. Esto no solo es necesario para tener claro en qué hay que centrarse y cuál es la dirección que se debe seguir, sino también para poder mantener el rumbo y ceñirse al plan. Es difícil porque, en las ventas, todo el mundo quiere ser el mejor. ¿Cómo puede el equipo olvidarse de esta competitividad? No se trata de vender lo suficiente en el país del que alguien es responsable, sino de cumplir el presupuesto del grupo. Si una persona del grupo conseguía unas ventas récord, era difícil no envidiar a esa persona y desear ocupar su puesto. Por eso, es necesario pasar de la perspectiva individual a la colectiva. La única forma de lograrlo es darse cuenta de que, en el equipo, es importante pensar en todas las competencias, tanto las individuales como las del grupo y las relacionadas con el comportamiento. La clave no es una mentalidad fija centrada en las competencias, sino una mentalidad de crecimiento.
Convertirse en un equipo autogestionado es una excelente oportunidad para conocer los puntos fuertes de cada miembro y darse cuenta de lo que hay que mejorar. Un equipo que crece es un equipo que ayuda a sus miembros mediante el uso compartido del conocimiento o la información. Hay muchas formas de compartir el conocimiento o la información en el equipo, o de que unos miembros enseñen a otros. Una de las que preferimos son las power sessions: 20 minutos de formación al día sobre diferentes temas. Pueden ser temas técnicos o de carácter más comercial. También nos gusta compartir vídeos, que nos inspiran para hablar sobre ellos en grupo. También tenemos el proyecto Babushka, en el que trabajamos juntos en el mercado ruso e intentamos aprender unos de otros mediante un verdadero proyecto colectivo.
Trabajar en un entorno multicultural nos ha enseñado que debemos ser claros sobre los comportamientos que valoramos y los que no valoramos y decirnos lo que opinamos. Ahora, debido a la COVID, estamos físicamente separados. Sin embargo, todos los días tenemos una reunión en Teams para hablar de los proyectos en curso. Algunos días es solo para hablar un poco y asegurarnos de que todo el mundo hace lo que debe hacer. Al conocernos mejor, nos permitimos ser más vulnerables, lo que significa estar dispuestos a admitir errores, hacer preguntas y proponer ideas. Un equipo está formado por muchas personalidades diferentes, por lo que es necesario que la opinión de todo el mundo se escuche y se tenga en cuenta.
Al principio pensaba qué iba a hacer nuestro responsable. Sin embargo, autogestionarse no significa hacer lo que se quiera. La libertad comporta responsabilidad. Todos los equipos tienen sus dificultades, sobre todo al principio. Por lo tanto, no tiene nada de malo pedir ayuda al responsable. Es más: crea más transparencia y confianza entre nosotros. Sin embargo, nuestro responsable es ahora algo más parecido a un mentor y, para ser sinceros, hablo más con los miembros de mi equipo que con mi mentor. Antes era al revés.
Además, enseguida nos dimos cuenta de que, a veces, como equipo autogestionado, tomamos decisiones que afectan a otras personas. Seguir adelante sin consultar a las personas afectadas no está bien. Tenemos el derecho de decidir, pero el deber de consultar a los expertos y a las personas afectadas por esa consulta. En esto, nuestro mentor nos ayuda mucho. Dicho esto, cuanto menos control se ejerza sobre un equipo, mejor. Nuestro responsable sabe que, si limita a nuestro equipo a resolver un problema, no habrá autogestión. El equipo se cerrará, porque ya le han dicho lo que debe hacer y, en consecuencia, para resolver el problema, esperará a oír el resto. El principal objetivo de nuestro responsable es retarnos y agitarnos con preguntas (a veces desagradables) para que lleguemos a la solución. Y esto es un proceso de ensayo y error.
Trabajar en un equipo autogestionado me ha ensañado mucho sobre las personas de mi equipo y sobre mí. Creo que los anteriores consejos les ayudarán a usted y a su equipo a iniciar el proceso, pero no olvide ser paciente, porque este proyecto requiere mucho tiempo y trabajo.
La luz siempre ha ocupado un papel especial en Suecia. Incluso en la época más oscura del invierno, mientras recorro las calles de la ciudad, veo luces en cada ventana; luces de velas, lámparas y decoraciones navideñas, que iluminan los edificios cubiertos por la nieve. Me hace darme cuenta de hasta qué punto las personas echamos de menos la luz del sol y las largas noches de verano. En Suecia, los anhelos por esta luz culminan en torno a uno de los días más cortos del año: el 13 de diciembre, el Luciadagen o Día de Santa Lucía.
En una empresa en la que el crecimiento es uno de los puntos de atención constantes, es fácil terminar siempre muy apurado. ¿Conoce la sensación? La atención se centra en las máquinas y la productividad. Se olvidan cosas como el bienestar de los empleados, el entorno de trabajo y el orden. Estamos intentando cambiar esto. Creemos que todo está conectado. El orden, la calidad y el bienestar de los empleados están relacionados con la satisfacción de los clientes. ¿Qué podemos hacer al respecto? Muchas cosas, la verdad, pero esta vez creo que voy a hablarle de nuestra tarea con los inmuebles, el entorno de trabajo y el grupo que se ha dedicado a esto. Propongo algunos consejos para hacer más agradable el lugar de trabajo, basados en nuestra experiencia. Quizá puedan servirle de inspiración.
¿Recuerda el momento en el que el reloj marcó las doce y pensó en todos esos propósitos de Año Nuevo? Comer más saludable, hacer más ejercicio… Ya han pasado más de siete meses. ¿Qué tal van esos propósitos? Hay estudios que muestran que menos del 50 % de las personas son capaces de mantener esas promesas durante un par de meses. No obstante, no sienta que ha fracasado, nunca es tarde para comenzar un nuevo hábito. Mi consejo es que no haga promesas, sino que establezca objetivos. Entonces, podrá tener objetivos intermedios y recompensarse a sí mismo. Si no cumple con un objetivo intermedio, no es una catástrofe. Tiene una nueva oportunidad para cumplir con el siguiente objetivo intermedio. Sin duda, esto suena mucho mejor que romper una promesa.
¡Menudo año! Todo ha estado un poco «fuera de lo normal». Sin embargo, a medida que la ola de vacunación se extiende por Europa, podemos volver a pensar, por fin, en disfrutar de las vacaciones. Así que, ¿por qué no viajar al norte? Solemos asociar a Suecia con el mal tiempo, pero la verdad es que es mucho más fría de lo que pensamos. La ventaja es que, si evitamos las tres ciudades más grandes: Estocolmo, Gotemburgo y Malmö, la densidad de población disminuye y podemos disfrutar de su cultura y naturaleza de un modo mucho más seguro. En Garantell, hemos actuado como agencia de viajes, ofreciendo algunos consejos a la hora de viajar para los amantes de Suecia. Por ello, con el objetivo de hacerlo más sencillo, he decidido crear un blog y escribir sobre ello.
Ha sido muy rápido. Es difícil comprenderlo del todo, pero tenemos una sensación primaveral en nuestro frío país. Hemos pasado de -18 a +8 grados en una semana, así que no hemos tenido tiempo de asimilarlo. La nieve se derritió a un ritmo vertiginoso y la mayoría de nosotros guardó los patines y los esquís para dejar sitio a las bicicletas y los barcos…
La digitalización es importante para Garantell. Comienza con nuestros clientes dibujando estantes de malla, vallado de protección y malla anti-caida en nuestro programa en línea Garantellator hasta producir el producto, todo ello es automático. Pero la digitalización es solo una herramienta. Nuestros equipos autodirigidos están en el corazón de nuestra empresa. Cómo se engranan juntas ambas partes, explica nuestro presidente Mikael Axelsson. Esta vez no es un blog escrito, sino un vlog. Míralo aquí:
En el mundo actual es importante estar alerta y bien preparado para lo que nos pueda deparar el día. Es mucho más fácil cuando se tienen cerca empleados con distintas experiencias y conocimientos. Es posible que hayan leído los textos anteriores del blog «Las diferentes nacionalidades: nuestro punto fuerte común» y «El desayuno común: alimento para el alma» escritos por un par de mis colegas. Dan la impresión de que somos una caja de «selectos y surtidos», es decir, mucha gente de diferentes países y diferentes departamentos. Pues así es. Garantell reúne todas las funciones y departamentos bajo un mismo techo, desde la producción hasta las ventas, desde el desarrollo hasta la pintura.
El tiempo es una de las pocas cosas en la vida que todos nos podemos distribuir de manera uniforme, nadie puede quejarse o insistir en que la repartición no es justa. Sin embargo, las 24 horas del día de las que todos disponemos se pueden utilizar o desperdiciar de distintas formas. Pero solo lo que hagamos perdura en el tiempo.
Este año, muchas tradiciones se han quedado en agua de borrajas. Debido al avance del coronavirus, el número de personas que tienen permitido reunirse en el mismo sitio se ha visto limitado, y las celebraciones han cambiado de formato. Ello ha afectado a la capacidad de celebrar todos los actos, desde bodas hasta funerales, de la manera en la que solíamos hacerlo. Los funerales en línea se han vuelto el pan nuestro de cada día en Suecia, mientras que puntos señalados en el calendario, como el solsticio de verano (midsommar), la fiesta del cangrejo de río (kräftskiva) o los cumpleaños, se han celebrado con el círculo más íntimo de familiares, en lugar de, como de costumbre, con la familia y los amigos. Ahora nos enfrentamos a lo que es la fiesta más importante en la mayoría de Europa: la Navidad. También será para muchos distinta este año, ya que los mayores no podrán participar en la celebración de la misma forma que lo solían hacer.