A todos nos ha pasado haber encargado algo y que los productos vengan mal embalados, así que se han desportillado o incluso han sufrido daños.
Me quedo con mis propias experiencias con entregas que terminaron como el rosario de la aurora. Probé una cosa nueva y compré un sofá en línea: buen precio, muy bonito y solo tardaría una semana en llegarme a casa. Felizmente inconsciente, hice el pedido y esperaba con emoción... La entrega llegó a tiempo y empezaba a montar mi nuevo sofá. Al cabo de unos 20 minutos, me di cuenta de que faltaba todo el respaldo. Saqué fotos y se las envié por correo electrónico a la compañía que, sin embargo, afirmó que yo había recibido todo. Tuvieron que pasar casi cuatro semanas hasta que se hicieron cargo del problema y me hicieron un envío de reemplazo. Probablemente sería la última vez que le encargase algo a esa empresa. Por supuesto, hay otras ocasiones en las que todo ha funcionado a la perfección, pero rara vez nos acordamos de esas ocasiones. Nos esperamos que todo funcione a la primera.